El año 2020 no solo ha sido el año del covid 19, numerosas enfermedades infecciosas se están propagando y la causa está en el cambio climático. Estos son algunos de los desafíos a los que nos enfrentaremos en 2021.
La pandemia provocada por el SARS –CoV-2 ha cambiado la vida a toda la humanidad; con más de 80 millones de personas afectadas directamente y casi dos millones de fallecidos, los cambios en nuestros hábitos de higiene y relación han sido necesarios, rápidos y profundos. Y debemos mantenerlos porque el riesgo de contagio todavía es muy elevado.
De todo lo aprendido, en Biosalud Day Hospital nos quedamos con ciertos hábitos que pueden ayudarnos a mantenernos sanos como es la buena higiene de manos o la protección con el codo al estornudar. Son gestos simples que valen mucho. Y más allá, la atención que estamos poniendo a nuestro sistema inmunitario, preocupados por mantenerlo en buen estado de salud.
La red de células, órganos y moléculas que forman el sistema inmunitario se extiende por todo el cuerpo. Esta defensa del organismo ha evolucionado durante millones de años y su regulación ante un ataque depende, entre otras, de las interacciones entre el sistema nervioso y el sistema endocrino. Por eso, cuando hablamos de hábitos que pueden fortalecer el sistema inmunitario, sabemos que el deporte, el nivel de sueño o la alimentación, son buenos para nuestras defensas. El estrés, por el contrario, lo debilita.
Pero 2020 no solo ha sido el año del Covid-19. Los fenómenos meteorológicos extremos han sido más numerosos que en cualquier otra época. El cambio climático tiene un impacto directo sobre poblaciones enteras, está aumentando la temperatura atmosférica y nos trae enfermedades. Especialmente patologías infecciosas.
El aumento de la temperatura de la tierra afecta especialmente a las personas de edad avanzada o a aquellas con patologías crónicas. El calor tiene consecuencias directas sobre su salud: se estima que en la Unión Europea, por cada grado que aumenta la temperatura media, aumenta la mortalidad entre un uno y un cuatro por ciento.
El calor también tiene gran incidencia en la modificación que está sufriendo la distribución geográfica de los vectores –aquellos animales que transmiten enfermedades como las garrapatas o los mosquitos- y se están detectando patologías infecciosas en zonas en las que antes no había presencia de estos insectos.
Un trabajo publicado recientemente en la revista PLoS ONE, coordinado entre la Université de Tours, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Hannover Medical School, ha revelado que la mitad de la población no estamos sensibilizados sobre la relación entre cambio climático y concluye que, si somos sensibles a estar relación, estaremos más predispuestos a luchar contra el cambio climático.
El concepto de One Health sobre el que la Organización Mundial de la Salud está trabajando para mejorar la salud pública a nivel mundial, pone en relación la salud animal, la salud vegetal y el medio ambiente. Formamos parte de un todo y lo que hacemos sobre una de estas áreas, puede influir en las demás.
Hay quien opina que todavía tenemos margen para frenar el calentamiento global. Desde Biosalud Day Hospital, como especialistas en enfermedades infecciosas, sabemos que el primer paso es la prevención a nivel individual. Enfermedades como el Lyme ya son endémicas en muchas zonas de Estados Unidos y Europa y su incidencia aumenta porque las garrapatas se reproducen durante más tiempo y se desplazan en periodos más largos con las aves migratorias.
La enfermedad de Lyme es un gran desafío. Mucho hemos hablado en nuestros artículos de esta patología porque consideramos necesario que se conozca la forma en la que se transmite, el correcto diagnóstico y el tratamiento adecuado. Una picadura de garrapata puede paralizar la vida de una persona si se transmite la bacteria borrelia bugdorferi. Afectando a millones de personas en Europa, son pocos los especialistas en el diagnóstico y tratamiento de esta patología. Por eso en Biosalud atendemos a pacientes que provienen de todo el mundo.
El cambio definitivo de hábitos, vive saludable
La alimentación, el ejercicio, vivir en entornos limpios…sabemos que son factores determinantes de salud. Sin embargo, nos cuesta adquirir hábitos saludables de forma permanente.
Desde la Medicina Integrativa consideramos que para mantener un buen estado de salud son importantes los aspectos físicos, los ambientales y los emocionales. Todo influye en el sistema inmunitario y en nuestro enfoque diagnósticos tiene gran importancia en análisis de aquellos focos que interfieren en nuestra salud.
Cada día vemos más enfermedades crónicas -alergias, enfermedades autoinmunes y reumáticas- trastornos funcionales y síndromes relacionados con la sensibilidad a diferentes sustancias o fenómenos. Conocer el origen de la patología en cada caso, nos lleva a tratamientos complejos pero también sanadores.
Una vida saludable no solo implica seguir una alimentación equilibrada o hacer deporte. Estamos rodeados de insecticidas y herbicidas, metales pesados, interferentes endocrinos, hongos y otros elementos que contaminan el aire, nuestros alimentos o el agua y por tanto, afectan a nuestra salud.
LEER ALIMENTACIÓN, SALUD Y SULFITOS
Si bien es difícil salir de nuestro entorno para alejarnos de todo lo nos daña, es importante mantenernos conscientes de lo que nos rodea y elegir: moderar el consumo, leer las etiquetas de los alimentos que consumimos o desconectarnos con cierta frecuencia de los omnipresentes dispositivos electrónicos.
El deporte, 43 minutos al día
El cierre de gimnasios, las restricciones a la movilidad y la exigencia de la distancia social ha reducido el tiempo que dedicamos a la actividad física. Es decir, somos más sedentarios y esto ha alertado a la Organización Mundial de la Salud que pide que dediquemos más horas al deporte.
En concreto, la recomendación de la OMS para las personas adultas es la de dedicar entre 150 y 300 minutos al deporte. En torno a 43 minutos al día pueden ayudar a la prevención de enfermedades no transmisibles y no tienen por qué ser seguidos sino que cada minuto, cuenta.
En el caso de los niños y adolescentes, la exigencia es mayor, ya que se recomienda hacer ejercicio durante una hora a lo largo del día, como mínimo. Además, especifican que «convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos».